En la Foz de Lumbier tenemos un ejemplo de cómo la naturaleza es capaz de hacer grandes obras, contradiciendo incluso (a primera vista) el sentido común.
Las aguas del río Irati, líquidas como todas las aguas, han sido capaces de “cortar”, como si de un cuchillo se tratase, la mole de roca que se interponía en su camino.

Foz de Lumbier en el Prepirineo cerca de Sos del Rey Católico
Han hecho falta millones de años, vale, pero al final es resultado es ES-PEC-TA-CU-LAR. Paredes verticales de casi 100 m en las que anidan centenares de buitres leonados y algunos alimoches cuando es la época. Y multitud de aves propias de los roquedos que encuentran en este paraje lo más parecido a un paraíso.
Y abajo el río, siempre, continuando con su labor callada y constante.
La visita a la Foz de Lumbier es uno de los imprecindibles de una estancia en nuestro hotel rural en Uncastillo. El problema es que este imprescindible se suma a otros muchos y el tiempo siempre es insuficiente…